Benedicto XVI, a corazón abierto
Por monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo de Palencia
PALENCIA, domingo, 22 marzo 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el artículo de monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo de Palencia (España), con el título "Benedicto XVI, a corazón abierto".
La última vez que tuve ocasión de estar cerca del Papa -concretamente, durante su viaje al Santuario de Lourdes en 2008- recuerdo que me causó una gran impresión ver su porte y su rostro humilde, bondadoso y sereno. Parecía como si en vez de soportar un gran peso sobre sus espaldas, fuese él llevado por otro "en brazos"... Me impactó aquella paz que transmitía, sobre todo porque no me resultaba difícil suponer las responsabilidades y las preocupaciones tan grandes inherentes a su ministerio. O, tal vez, ¡debería haber supuesto que, ni tan siquiera era capaz de imaginarlas...!
El Papa comparte su dolor
Pues bien, la semana pasada el Santo Padre nos dirigió una carta muy especial a todos los obispos. En ella se expresa de una forma que nos resulta novedosa en la vida de la Iglesia: el Papa abre su corazón de pastor, expresando con una humildad conmovedora sus preocupaciones, manifestando su dolor por tantas infidelidades e incomprensiones, y enumerando sus firmes convicciones y la razón de su actuación.
El motivo que ha originado la carta ha sido la polémica suscitada tras la decisión de Benedicto XVI de levantar la pena de excomunión a los cuatro obispos consagrados por Mons. Lefebvre. Se trata de un problema que afortunadamente no tiene incidencia entre nosotros; pero, sin embargo, el contenido de la misiva nos ofrece un legado con plena actualidad, que va más allá de la circunstancia que la ha originado.
Nuestro mayor obstáculo, la desafección de "los de casa"
Al leer las palabras del Papa, rememoramos las palabras del Salmo 54, que la tradición de la Iglesia ve cumplidas en la traición de Judas: "Si mi enemigo me injuriase, lo aguantaría; si mi adversario se alzase contra mí, me escondería de él; pero eres tú, mi compañero, mi amigo y confidente, a quien me unía una dulce intimidad...". En efecto, es triste comprobar cómo la desafección de "los de casa", puede llegar a resultar más pertinaz e irracional que la de quienes no son miembros de la Iglesia. Ha sido impresionante conocer cómo el Papa alude a un texto de San Pablo a los Gálatas, afirmando que en un tiempo pensó que utilizaba expresiones un tanto exageradas, pero que ahora comprueba su verdad: "Porque toda la ley se concentra en esta frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo». Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente" (Gal 5, 14-15).
En efecto, por mucho que exista un problema grande de secularización y laicismo en nuestro entorno, el mayor obstáculo para la evangelización de nuestra cultura es la falta de comunión interna en el seno de la Iglesia. Y en el origen de esa falta de unidad está la desafección, es decir, la falta de amor entre nosotros.
Muchos piensan equivocadamente que el problema de comunión en la Iglesia se ha originado principalmente por motivos ideológicos. Ciertamente, será necesario para alcanzar la comunión, como dice el mismo Benedicto XVI en su carta, que unos y otros hagan el esfuerzo de aceptar el depósito íntegro de la Tradición Católica: tanto los lefebvristas, que sólo aceptan el magisterio anterior al Concilio Vaticano II; como los contaminados por el modernismo, que desprecian el magisterio anterior al Vaticano II, calificándolo despectivamente de "preconciliar". Sin embargo, la intuición agustiniana es perfectamente aplicable a este caso: "quien no ama, no conoce". Ciertamente, lo más grave es la "desafección", el desamor, que distorsiona la realidad, hasta el punto de llegar a hacer una caricatura de ella.
La gran conclusión que hemos de extraer del mensaje del Papa es la importancia de la caridad entre nosotros y, de forma especial, con nuestros pastores. Dicho a las claras: la comunión en el seno de la Iglesia requiere el amor, el afecto y la devoción al Papa. De lo contrario, nos limitaremos a refugiarnos en nuestras ideologías como justificación de nuestra soberbia.
lunes, 23 de marzo de 2009
NOTICIAS
El Papa muestra cómo Cristo permite superar el miedo a los espíritus
Evangelizar no es un acto de presunción, sino el mejor servicio
LUANDA, domingo, 22 marzo 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha hecho un llamamiento en Angola a anunciar a Cristo, pues su amor permite superar el miedo a los espíritus y el yugo de los brujos.
La misa que el Papa presidió en la mañana de este domingo junto a obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, movimientos eclesiales y catequistas de Angola y de Santo Tomé, quiso convertirse en un impulso decisivo a la evangelización de este país, quinientos años después de que recibiera la fe cristiana de manos de misioneros portugueses.
Dirigiéndose a las tres mil personas que le escuchaban, el Papa invitó a seguir "la estela de aquellos heroicos y santos mensajeros de Dios" para "llevar a Cristo resucitado a vuestros compatriotas".
"Muchos de ellos viven temerosos de los espíritus --constató--, de los poderes nefastos de los que creen estar amenazados; desorientados, llegan a condenar a niños de la calle y también a los más ancianos, porque, según dicen, son brujos".
"¿Quién puede ir a anunciarles que Cristo ha vencido a la muerte y a todos esos poderes oscuros?", dijo citando a san Pablo.
El Papa dio espacio a las voces de quienes consideran que la evangelización constituye un acto de presunción y afirman: "¿Porqué no los dejamos en paz? Ellos tienen su verdad; nosotros, la nuestra. Intentemos convivir pacíficamente, dejando a cada uno como es, para que realice del mejor modo su autenticidad".
El Sato Pare respondió a estas objeciones, explicando que "si nosotros estamos convencidos y tenemos la experiencia de que sin Cristo la vida es incompleta, le falta una realidad, que es la realidad fundamental, debemos también estar convencidos de que no hacemos ninguna injusticia a nadie si les mostramos a Cristo y le ofrecemos la posibilidad de encontrar también, de este modo, su verdadera autenticidad, la alegría de haber encontrado la vida".
"Es más --subrayó--, debemos hacerlo, es nuestra obligación ofrecer a todos esta posibilidad de alcanzar la vida eterna".
La celebración tuvo lugar en la parroquia salesiana de San Pablo, en Luanda, iglesia recién restaurada administrada por los salesianos.
Dado que el número de personas que quisieron participar era muy superior a la capacidad del templo, los que no cabían, siguieron la misa en el patio contiguo a la parroquia gracias a una pantalla gigante, o en la calle, frente a la iglesia, donde también se instaló una pantalla.
Al final de la celebración, el Papa saludó a los fieles de la parroquia, que habían cedido sus puestos en la iglesia a los "trabajadores en al viña del Señor" de Angola, como los definió el Papa. Junto a ellos saludó también a los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano procedentes de todo Angola.
Evangelizar no es un acto de presunción, sino el mejor servicio
LUANDA, domingo, 22 marzo 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha hecho un llamamiento en Angola a anunciar a Cristo, pues su amor permite superar el miedo a los espíritus y el yugo de los brujos.
La misa que el Papa presidió en la mañana de este domingo junto a obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, movimientos eclesiales y catequistas de Angola y de Santo Tomé, quiso convertirse en un impulso decisivo a la evangelización de este país, quinientos años después de que recibiera la fe cristiana de manos de misioneros portugueses.
Dirigiéndose a las tres mil personas que le escuchaban, el Papa invitó a seguir "la estela de aquellos heroicos y santos mensajeros de Dios" para "llevar a Cristo resucitado a vuestros compatriotas".
"Muchos de ellos viven temerosos de los espíritus --constató--, de los poderes nefastos de los que creen estar amenazados; desorientados, llegan a condenar a niños de la calle y también a los más ancianos, porque, según dicen, son brujos".
"¿Quién puede ir a anunciarles que Cristo ha vencido a la muerte y a todos esos poderes oscuros?", dijo citando a san Pablo.
El Papa dio espacio a las voces de quienes consideran que la evangelización constituye un acto de presunción y afirman: "¿Porqué no los dejamos en paz? Ellos tienen su verdad; nosotros, la nuestra. Intentemos convivir pacíficamente, dejando a cada uno como es, para que realice del mejor modo su autenticidad".
El Sato Pare respondió a estas objeciones, explicando que "si nosotros estamos convencidos y tenemos la experiencia de que sin Cristo la vida es incompleta, le falta una realidad, que es la realidad fundamental, debemos también estar convencidos de que no hacemos ninguna injusticia a nadie si les mostramos a Cristo y le ofrecemos la posibilidad de encontrar también, de este modo, su verdadera autenticidad, la alegría de haber encontrado la vida".
"Es más --subrayó--, debemos hacerlo, es nuestra obligación ofrecer a todos esta posibilidad de alcanzar la vida eterna".
La celebración tuvo lugar en la parroquia salesiana de San Pablo, en Luanda, iglesia recién restaurada administrada por los salesianos.
Dado que el número de personas que quisieron participar era muy superior a la capacidad del templo, los que no cabían, siguieron la misa en el patio contiguo a la parroquia gracias a una pantalla gigante, o en la calle, frente a la iglesia, donde también se instaló una pantalla.
Al final de la celebración, el Papa saludó a los fieles de la parroquia, que habían cedido sus puestos en la iglesia a los "trabajadores en al viña del Señor" de Angola, como los definió el Papa. Junto a ellos saludó también a los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano procedentes de todo Angola.
NOTICIAS
Benedicto XVI subraya el papel de la mujer en la defensa del derecho a la vida
Hoy comienza en Roma el primer Congreso Internacional sobre Mujer y derechos humanos
ROMA, domingo, 22 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- La respuesta a los actuales ataques contra la vida pueden darla sobre todo las mujeres, a través de un "nuevo feminismo" que defienda los derechos humanos y respete fuertemente la vida.
Así lo ha afirmado el Papa Benedicto XVI en un mensaje enviado al cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio "Justicia y Paz", con motivo del primer Congreso Internacional sobre la Mujer que hoy ha empezado a celebrarse en Roma.
El Congreso, con el lema "Vida, familia, desarrollo: el papel de la mujeres en la promoción del los derechos humanos", ha sido organizado por este dicasterio, en colaboración con la World Women Alliance for Life and Family (WWALF) y la World Union of Catholic Women's Organizations (WUCWO).
El mensaje del Papa, publicado este sábado, afirma que este congreso supone "una respuesta ejemplar a lo que mi predecesor Juan Pablo II definía como 'un nuevo feminismo', que tiene el poder de transformar la cultura, imprimiéndole un fuerte respeto por la vida".
Una de las tareas de la mujer cristiana, subrayó el pontífice, es "corregir todo malentendido hacia el Cristianismo entendido sólo como una colección de mandamientos y prohibiciones".
"Los diez mandamientos no son una serie de 'noes' si no un gran 'sí' al amor y a la vida", añade el Papa en su mensaje.
La carta del Papa fue leída al comienzo de los trabajos del congreso, por el cardenal Martino, acompañado de las presidentas de la WWALF, Olimpia Tarzia, y de la WUCWO, Karen M. Hurley.
En la presentación del congreso, el cardenal Martino subrayó que hoy "no se pueden separar la cuestión social de la cuestión de la familia y de la vida", y que en ambas cuestiones está entrelazada la cuestión de la dignidad de la mujer, que en el fondo es "una cuestión antropológica, de concepción del hombre".
El purpurado destacó que las mujeres católicas "deben encontrar, con generosidad y amor, los caminos de un nuevo protagonismo en grado de generar ese humanismo integral y solidario al que nos llama la doctrina social de la Iglesia".
"Debe nacer un nuevo feminismo, después de ese otro mortificante inspirado por el individualismo nihilista y libertario", afirmó el cardenal Martino. Un nuevo feminismo "amigo de la vida, amigo de la familia y del amor conyugal, y dispuesto a luchar contra injusticias y opresiones".
En el mismo sentido se expresó la profesora Tarzia, cuya organización, la WWALF, hoy extendida en cincuenta países, nació precisamente en torno al manifiesto Nuevo Feminismo, que vio la luz en Italia en enero del 2003.
Tarzia afirmó que "está creciendo, entre las mujeres del mundo, una conciencia que debe ser declarada: las leyes que legalizan el aborto son una derrota para la mujer y para la entera sociedad. Es una conciencia a la que deben seguir los hechos: la movilización general de conciencias e instituciones en favor de la vida, de la mujer, de la familia, de la dignidad de la persona".
Por su parte, la presidenta de la WUCWO, Karen M. Hurley, organización nacida en 1910 que representa a más de cien instituciones de todo el mundo, subrayó el importante paso adelante en la consideración de la mujer dado por el Magisterio desde el Concilio, y especialmente por los últimos Papas.
Las mujeres hoy, subrayó Hurley, "están llamadas a ser signos del amor de Dios compartiendo nuestra fe y ofreciendo esperanza a un mundo que la necesita. El modelo de nuestra Santísima Madre María y otras mujeres en las Sagradas Escrituras y las enseñanzas de la Iglesia, deben aumentar la conciencia de nuestra misión, la vocación, la dignidad y la espiritualidad".
"Que nuestro discernimiento orante aumente esta toma de conciencia y nos ayuda a aceptar el papel que Dios nos ha dado en la protección de la dignidad de toda vida humana y la promoción de los derechos humanos", concluyó la representante de la WUCWO.
Hoy comienza en Roma el primer Congreso Internacional sobre Mujer y derechos humanos
ROMA, domingo, 22 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- La respuesta a los actuales ataques contra la vida pueden darla sobre todo las mujeres, a través de un "nuevo feminismo" que defienda los derechos humanos y respete fuertemente la vida.
Así lo ha afirmado el Papa Benedicto XVI en un mensaje enviado al cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio "Justicia y Paz", con motivo del primer Congreso Internacional sobre la Mujer que hoy ha empezado a celebrarse en Roma.
El Congreso, con el lema "Vida, familia, desarrollo: el papel de la mujeres en la promoción del los derechos humanos", ha sido organizado por este dicasterio, en colaboración con la World Women Alliance for Life and Family (WWALF) y la World Union of Catholic Women's Organizations (WUCWO).
El mensaje del Papa, publicado este sábado, afirma que este congreso supone "una respuesta ejemplar a lo que mi predecesor Juan Pablo II definía como 'un nuevo feminismo', que tiene el poder de transformar la cultura, imprimiéndole un fuerte respeto por la vida".
Una de las tareas de la mujer cristiana, subrayó el pontífice, es "corregir todo malentendido hacia el Cristianismo entendido sólo como una colección de mandamientos y prohibiciones".
"Los diez mandamientos no son una serie de 'noes' si no un gran 'sí' al amor y a la vida", añade el Papa en su mensaje.
La carta del Papa fue leída al comienzo de los trabajos del congreso, por el cardenal Martino, acompañado de las presidentas de la WWALF, Olimpia Tarzia, y de la WUCWO, Karen M. Hurley.
En la presentación del congreso, el cardenal Martino subrayó que hoy "no se pueden separar la cuestión social de la cuestión de la familia y de la vida", y que en ambas cuestiones está entrelazada la cuestión de la dignidad de la mujer, que en el fondo es "una cuestión antropológica, de concepción del hombre".
El purpurado destacó que las mujeres católicas "deben encontrar, con generosidad y amor, los caminos de un nuevo protagonismo en grado de generar ese humanismo integral y solidario al que nos llama la doctrina social de la Iglesia".
"Debe nacer un nuevo feminismo, después de ese otro mortificante inspirado por el individualismo nihilista y libertario", afirmó el cardenal Martino. Un nuevo feminismo "amigo de la vida, amigo de la familia y del amor conyugal, y dispuesto a luchar contra injusticias y opresiones".
En el mismo sentido se expresó la profesora Tarzia, cuya organización, la WWALF, hoy extendida en cincuenta países, nació precisamente en torno al manifiesto Nuevo Feminismo, que vio la luz en Italia en enero del 2003.
Tarzia afirmó que "está creciendo, entre las mujeres del mundo, una conciencia que debe ser declarada: las leyes que legalizan el aborto son una derrota para la mujer y para la entera sociedad. Es una conciencia a la que deben seguir los hechos: la movilización general de conciencias e instituciones en favor de la vida, de la mujer, de la familia, de la dignidad de la persona".
Por su parte, la presidenta de la WUCWO, Karen M. Hurley, organización nacida en 1910 que representa a más de cien instituciones de todo el mundo, subrayó el importante paso adelante en la consideración de la mujer dado por el Magisterio desde el Concilio, y especialmente por los últimos Papas.
Las mujeres hoy, subrayó Hurley, "están llamadas a ser signos del amor de Dios compartiendo nuestra fe y ofreciendo esperanza a un mundo que la necesita. El modelo de nuestra Santísima Madre María y otras mujeres en las Sagradas Escrituras y las enseñanzas de la Iglesia, deben aumentar la conciencia de nuestra misión, la vocación, la dignidad y la espiritualidad".
"Que nuestro discernimiento orante aumente esta toma de conciencia y nos ayuda a aceptar el papel que Dios nos ha dado en la protección de la dignidad de toda vida humana y la promoción de los derechos humanos", concluyó la representante de la WUCWO.
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Colombia: “La Iglesia ha sido víctima del narcotráfico y de la guerrilla”
Declara el obispo Pizarro del vicariato de Trinidad
MADRID, lunes, 23 marzo 2009 (ZENIT.org).- El obispo agustino recoleto Héctor Javier Pizarro, prelado de Trinidad, Colombia, explica, en una entrevista al portal oficial de la Orden, la situación vivida en los últimos años y las dificultades a las que se ha tenido que enfrentar la Iglesia desde el vicariato de Trinidad. "Ha sido víctima del narcotráfico y de la guerrilla", declara.
Héctor Javier Pizarro Acevedo, obispo de Trinidad desde 2001, afirma que, después de ocho años, "estamos pasando en este momento por una situación bastante buena si lo comparamos con la época en que yo llegué". Cuando Pizarro llegó a Trinidad, el vicariato estaba en manos de los paramilitares. Ejercían una presión, no contra la Iglesia, pero sí contra la gente del campo, "que tenía que pagar una ‘vacuna', una especie de tasa, por el solo hecho de vivir, de tener algún animal, de tener alguna propiedad, de tener algo."
El obispo de Trinidad recuerda que vivió la situación con mucho dolor y que siempre confió en la oportunidad para la reconciliación y la paz.
Cita el punto de inflexión que inició el proceso de pacificación: "Yo diría casi de bendición divina: algunos proyectos del Gobierno extendieron su brazo de reconciliación con estos grupos armados. Ellos acataron esta insinuación y tuvimos, hace justamente tres años, por esta época, la desmovilización de 1.200 hombres armados y con una consigna: que ellos no volverían a actuar militarmente en esa región. ¡Llegó la paz!".
En la entrevista, monseñor Pizarro afirma que ahora se encuentran ante un momento crucial. "Cuando el corazón de las personas está pacificado -afirma-, nosotros podríamos creer que en un futuro no muy lejano, la gente podría aprender a perdonar, podría aprender a convivir y podrían pensar que juntos se puede reconstruir la sociedad que se vio tan afectada por el problema".
El obispo agustino recoleto concluye que la Iglesia, además de contribuir a esa reconciliación, ha fomentado la educación de manera crucial, hasta conseguir que "el Estado haya sido más consciente de que él es el responsable de la educación de sus ciudadanos y la creación de muchísimos centros educativos".
Declara el obispo Pizarro del vicariato de Trinidad
MADRID, lunes, 23 marzo 2009 (ZENIT.org).- El obispo agustino recoleto Héctor Javier Pizarro, prelado de Trinidad, Colombia, explica, en una entrevista al portal oficial de la Orden, la situación vivida en los últimos años y las dificultades a las que se ha tenido que enfrentar la Iglesia desde el vicariato de Trinidad. "Ha sido víctima del narcotráfico y de la guerrilla", declara.
Héctor Javier Pizarro Acevedo, obispo de Trinidad desde 2001, afirma que, después de ocho años, "estamos pasando en este momento por una situación bastante buena si lo comparamos con la época en que yo llegué". Cuando Pizarro llegó a Trinidad, el vicariato estaba en manos de los paramilitares. Ejercían una presión, no contra la Iglesia, pero sí contra la gente del campo, "que tenía que pagar una ‘vacuna', una especie de tasa, por el solo hecho de vivir, de tener algún animal, de tener alguna propiedad, de tener algo."
El obispo de Trinidad recuerda que vivió la situación con mucho dolor y que siempre confió en la oportunidad para la reconciliación y la paz.
Cita el punto de inflexión que inició el proceso de pacificación: "Yo diría casi de bendición divina: algunos proyectos del Gobierno extendieron su brazo de reconciliación con estos grupos armados. Ellos acataron esta insinuación y tuvimos, hace justamente tres años, por esta época, la desmovilización de 1.200 hombres armados y con una consigna: que ellos no volverían a actuar militarmente en esa región. ¡Llegó la paz!".
En la entrevista, monseñor Pizarro afirma que ahora se encuentran ante un momento crucial. "Cuando el corazón de las personas está pacificado -afirma-, nosotros podríamos creer que en un futuro no muy lejano, la gente podría aprender a perdonar, podría aprender a convivir y podrían pensar que juntos se puede reconstruir la sociedad que se vio tan afectada por el problema".
El obispo agustino recoleto concluye que la Iglesia, además de contribuir a esa reconciliación, ha fomentado la educación de manera crucial, hasta conseguir que "el Estado haya sido más consciente de que él es el responsable de la educación de sus ciudadanos y la creación de muchísimos centros educativos".
NOTICIAS
La Santa Sede traslada a la ONU su preocupación por el laicismo agresivo
Monseñor Tomasi recuerda que la libertad religiosa “está unida a la libertad de expresión”
GINEBRA, lunes 23 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Monseñor Silvano M. Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, expresó su preocupación por el aumento de la intolerancia religiosa en el mundo durante su intervención en la X Sesión Ordinaria del Consejo sobre los Derechos Humanos, que tuvo lugar en Ginebra la semana pasada.
El representante vaticano aludió al reciente encuentro de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) el pasado 4 de marzo en Viena (Austria), en el que se constató la creciente intolerancia contra los cristianos, no sólo en los países donde son minoría, sino también en Occidente.
Recogiendo esta preocupación, monseñor Tomasi afirmó que “cierto número de Estados, que previamente se habían comprometido a una relación equilibrada y saludable entre la Iglesia y el Estado, están revistiéndose cada vez más de una política secularista que tiene por objeto reducir el papel de la religión en la vida pública”.
El prelado pide a los Estados que “examinen su propia legislación nacional”, para ver en qué forma se está aplicando “el principio universal de la libertad religiosa”.
“Debería tenerse presente en todo momento que el derecho a la libertad religiosa está intrínsecamente relacionado con el derecho a la libertad de expresión. Cuando los seguidores de las religiones no tienen derecho a expresar su opinión libremente, la libertad de religión no está garantizada”, afirmó.
Además, pide que los países fomenten “un diálogo franco pero respetuoso entre los miembros de la misma religión , entre los representantes de las diferentes religiones y con las personas que no tienen ninguna creencia religiosa”.
Invita por último a los países a “no ser excluyentes”, sino a reconocer “el importante papel que las religiones pueden desempeñar en la sociedad”.
“Las religiones, de hecho, contribuyen a la promoción de valores morales y sociales, que van más allá de un concepto individualista de la sociedad y del desarrollo, buscando el bien común, así como la protección y el respeto de la dignidad humana”.
Monseñor Tomasi aludió también a la situación de las minorías religiosas en general y cristianas en particular, que en diversos lugares del mundo “todavía afrontan a diario discriminación y prejuicios”.
“La Santa Sede expresa su preocupación por el aumento de estas situaciones de intolerancia religiosa, y apela a los Estados a que tomen todas las medidas necesarias - educativas, legales y judiciales – dirigidas a garantizar el respeto del derecho a la libertad de religión, y a proteger a las minorías religiosas de la discriminación”.
Monseñor Tomasi recuerda que la libertad religiosa “está unida a la libertad de expresión”
GINEBRA, lunes 23 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Monseñor Silvano M. Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, expresó su preocupación por el aumento de la intolerancia religiosa en el mundo durante su intervención en la X Sesión Ordinaria del Consejo sobre los Derechos Humanos, que tuvo lugar en Ginebra la semana pasada.
El representante vaticano aludió al reciente encuentro de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) el pasado 4 de marzo en Viena (Austria), en el que se constató la creciente intolerancia contra los cristianos, no sólo en los países donde son minoría, sino también en Occidente.
Recogiendo esta preocupación, monseñor Tomasi afirmó que “cierto número de Estados, que previamente se habían comprometido a una relación equilibrada y saludable entre la Iglesia y el Estado, están revistiéndose cada vez más de una política secularista que tiene por objeto reducir el papel de la religión en la vida pública”.
El prelado pide a los Estados que “examinen su propia legislación nacional”, para ver en qué forma se está aplicando “el principio universal de la libertad religiosa”.
“Debería tenerse presente en todo momento que el derecho a la libertad religiosa está intrínsecamente relacionado con el derecho a la libertad de expresión. Cuando los seguidores de las religiones no tienen derecho a expresar su opinión libremente, la libertad de religión no está garantizada”, afirmó.
Además, pide que los países fomenten “un diálogo franco pero respetuoso entre los miembros de la misma religión , entre los representantes de las diferentes religiones y con las personas que no tienen ninguna creencia religiosa”.
Invita por último a los países a “no ser excluyentes”, sino a reconocer “el importante papel que las religiones pueden desempeñar en la sociedad”.
“Las religiones, de hecho, contribuyen a la promoción de valores morales y sociales, que van más allá de un concepto individualista de la sociedad y del desarrollo, buscando el bien común, así como la protección y el respeto de la dignidad humana”.
Monseñor Tomasi aludió también a la situación de las minorías religiosas en general y cristianas en particular, que en diversos lugares del mundo “todavía afrontan a diario discriminación y prejuicios”.
“La Santa Sede expresa su preocupación por el aumento de estas situaciones de intolerancia religiosa, y apela a los Estados a que tomen todas las medidas necesarias - educativas, legales y judiciales – dirigidas a garantizar el respeto del derecho a la libertad de religión, y a proteger a las minorías religiosas de la discriminación”.
TEMA 5-LA VIDA CRISTIANA
1-LA FE
1.1-LAS DIMENSIONES HUMANAS DE LA FE
1.2-LA FE CRISTIANA
1.3-RAZONES PARA CRECER
1.4-ACTITUDES DE LOS CREYENTES
2-LA DIMENSION MORAL DE LA PERSONA
2.1-LA PERSONA,UN SER MORAL
2.3-LA RELCION CON DIOSY CON LOS HERMANOS
2.4-LIBERTATD Y BUSQUEDA VOLUNTARIA DEL BIEN
1.1-LAS DIMENSIONES HUMANAS DE LA FE
1.2-LA FE CRISTIANA
1.3-RAZONES PARA CRECER
1.4-ACTITUDES DE LOS CREYENTES
2-LA DIMENSION MORAL DE LA PERSONA
2.1-LA PERSONA,UN SER MORAL
2.3-LA RELCION CON DIOSY CON LOS HERMANOS
2.4-LIBERTATD Y BUSQUEDA VOLUNTARIA DEL BIEN
TEMA 4-LA IGLESIA DE JESUS
1-LA IGLESIA,COMUNIDAD DE LOS CREYENTES
1.1-JESUCRISTO,ORIGEN DE LA IGLESIA
1.2-LA IGLESIA, MISTERIO DE COMUNION
1.3-EL ESPIRITU SANTO,FUERZA Y VIDA DE LA IGLESIA
2-LA IGLESIA,ORGANIZACION Y MISION
2.1-LA IGLESIA,PUEBLO DE DIOS
2.3-LA MISION DE LA IGLESIA
3-LOS SACRAMENTOS DE LA CONFIRMACION Y EL ORDEN SACERDOTAL
3.1-LA CONFIRMACION
3.2-EL ORDEN SACERDOTAL
1.1-JESUCRISTO,ORIGEN DE LA IGLESIA
1.2-LA IGLESIA, MISTERIO DE COMUNION
1.3-EL ESPIRITU SANTO,FUERZA Y VIDA DE LA IGLESIA
2-LA IGLESIA,ORGANIZACION Y MISION
2.1-LA IGLESIA,PUEBLO DE DIOS
2.3-LA MISION DE LA IGLESIA
3-LOS SACRAMENTOS DE LA CONFIRMACION Y EL ORDEN SACERDOTAL
3.1-LA CONFIRMACION
3.2-EL ORDEN SACERDOTAL
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